En un mundo tan globalizado y competitivo como el actual es casi imposible no caer en la multitarea. Nuestros teléfonos están constantemente notificándonos algo. Cuando estamos delante del ordenador, no paran de entrar emails.

A mí también me sucedía. Crees que saltar de una cosa a otra, ir tachando tareas, te convierte en alguien súper efectivo. La realidad es que estás equivocado. No solo no estás dando el máximo de ti mismo, sino que encima, si no lo estás ya, estás construyendo el caldo de cultivo perfecto para unirte al club de las personas estresadas.

Trabajo de peor calidad

Aunque pienses que estás trabajando en varias cosas a la vez, esto es una poderosa y diabólica ilusión. Earl Miller, neurociéntifico del MIT y uno de los expertos mundiales en atención dividida, dice que “nuestros cerebros no están diseñados para la multitarea… cuando la gente piensa que está en `modo multitarea´, la realidad es que están cambiando de una tarea a otra muy rápido. Y cada vez que lo hacen, hay un coste cognitivo en ello”. ¿Cuántas veces has acabado el día pensando que no has parado pero no has avanzado nada en lo importante? Pues ahí tienes la respuesta de por qué.

Las investigaciones de Glenn Wilson demostraron que, trabajar en algo e interrumpirlo a menudo para revisar el email o el móvil, pueden reducir tu cociente intelectual hasta en 10 puntos. Vamos a ponerlo en contexto. Cuando se fuma marihuana se activan los receptores opioides y merma la capacidad de concentración, así como la memoria. Wilson demostró que las pérdidas cognitivas de la multitarea son incluso mayores que las derivadas del uso del cannabis.

No es concluyente y la muestra es pequeña, pero un estudio de la Universidad de Sussex, Reino Unido, indica que hay una gran diferencia entre los cerebros de aquellas personas que abrazan la multitarea de manera exagerada y las que no. En concreto, las imágenes obtenidas por resonancia magnética revelaron que la materia gris de los primeros tenía menos densidad que la de las personas que se concentraban más en una tarea concreta y huían de las distracciones. Esta disminución en la materia gris está ligada a una capacidad de atención menor. El resultado es rendimientos más modestos cuando se trabaja, pues no se abordan los temas con suficiente profundidad. Además, como veremos a continuación, también contribuye a un mayor estrés y ansiedad.

Multitarea - Te mata lentamente

La multitarea incrementa el estrés, la ansiedad y la depresión

Seguro que puedes imaginar a alguien que está en permanente «modo multitarea». Y puedes darte cuenta de los estresado que va por la vida. Pero no solo es la percepción que tienes. Los estudios también han demostrado que las personas con tendencia a la multitarea padecen más estrés, frustración y sensación de tener que esforzarse más cuando vuelven a retomar el trabajo.

La profesora Mark, señala en su estudio que bastan 20 minutos de trabajo interrumpido para empezar a notar estos síntomas. Imagina todo un año, o peor, una carrera laboral, así. ¿Y te preguntas por qué vives al límite de tensión?

La frecuencia cardiaca y el nivel de cortisol en el cuerpo aumentan cuando estás constantemente revisando tu email. Si encima, lo haces mientras estás hablando por teléfono, los niveles se disparan hasta límites insospechados. No voy a entrar en profundidad a señalar todos los efectos adversos de cortisol elevado, pero basta decir que se relaciona con aumento de peso, hipertensión o ansiedad y depresión.

A medio plazo, una persona que padezca un estrés prolongado acabará teniendo problemas de salud entre moderados y graves. Así que si quieres reducir tu estrés laboral, una de las primeras cosas es empezar a gestionar mejor la multitarea.

¿Por qué es tan difícil evitarlo?

Esta multitarea constante incentiva malos hábitos en el cerebro. Cuando completas una pequeña tarea (enviar un email, responder un mensaje, publicar en Twitter), tu cerebro recibe una buena dosis de dopamina, la hormona de la recompensa. Nuestros cerebros aman esta dopamina, por eso se ven animados a conseguir más de manera inmediata. Ir completando mini-tareas nos da gratificación instantánea.

Esto crea un sistema de retroalimentación muy peligroso. Te hace sentir que estás consiguiendo mucho, cuando en realidad no estás haciendo tanto. Al menos, nada que requiera un pensamiento crítico intensivo. Mucha gente, de hecho, se refiere a este hábito como una adicción neuronal. Como imaginarás, para lograr lo que te propones, necesitas dedicarle tiempo a las cosas que son importantes. Un buen plan de empresa, cómo atacar un nuevo mercado, no se consiguen mientras estás constantemente revisando el e-mail y las notificaciones.

Dos pantallas

¿Cómo lo consigo?

Desde que leí sobre los efectos negativos de la multitarea tanto para la productividad personal como sobre el estrés, puse en marcha un sistema para tenerla a raya.

Desactiva las notificaciones

Lo primero que hice fue desactivar las notificaciones del móvil. Todas. Salvo las llamadas. Y respecto de las llamadas, cuando entran decido si la tengo que coger o puede esperar a que acabe la tarea que estoy llevando a cabo. Nada de Whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram, etc, en los momentos en los que estoy inmerso en escribir un post, hacer la planificación financiera de mi empresa o diseñar un nuevo programa de coaching.

Céntrate en 3-5 tareas prioritarias

Dado que es evidente que si te dedicas a infinitas tareas a lo largo del día es muy difícil que avances con lo importante, decidí reducir el número de prioridades de cada día a 3. El afamado inversor Warren Buffet se lo explicaba así a su piloto personal, refiriéndose a las metas vitales que tenía:

Le sugirió el siguiente ejercicio. Le indicó que señalase 25 cosas que quería conseguir. Para nuestro propósito, tú puedes pensar en 25 tareas que tengas que hacer. Cuando tenía la lista, le dijo que redondease las 5 prioritarias. Para entonces, el piloto tenía una lista A con sus 5 metas prioritarias y una lista B con sus 20 secundarias. Viéndolo así, el piloto le dijo a Buffet, muy motivado, que iba a empezar a trabajar en las 5 metas que había señalado desde ese mismo instante. “¿Qué vas a hacer con las restantes 20 metas?”, le preguntó el legendario inversor. “Bueno – respondió el piloto – trabajaré con esfuerzo en mis metas principales y, cuando vaya encontrando huecos, también iré avanzando en las secundarias”.

“No. – le replicó Warren Buffet – Lo has entendido mal. Todo lo que no has redondeado se acaba de convertir en tu lista de cosas a evitar a cualquier precio. Pase lo que pase, estas tareas no tienen que recibir tu atención hasta que no hayas logrado las 5 más importantes.”

Bloquea tus prioridades en el calendario

Todas las mañanas escribo en un papel cuáles son esas tres prioridades para el día. Luego, bloqueo tiempo en el calendario para dedicárselo a cada una de ellas. Es tiempo absolutamente inamovible. Solo una urgencia puede cambiarlo.

¿Te has decidido a controlar más la atención que le prestas al email y a las notificaciones de tu móvil?

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